REENCUENTRO AVENTURERO
“Gracias por darme la oportunidad e formar parte de la familia aventurera”

El pasado 10 de Septiembre, viví una experiencia increíble. Ya desde inicios de este año, cuando solicité el permiso a mis superiores para poder visitar Madrid, el primer pensamiento que tuve fue querer encontrarme con aquellos chavales (que ya no son tan chavales) y quienes fueron mis compañeros como educadores en el grupo del Centro de Día Don Guanella que gestiona la Asociación Aventura 2000. Llegué a Madrid el 18 de Agosto, y desde el primer día me puse en la tarea de buscar en mi móvil los contactos de algunos de ellos, de los chavales, de algunos de sus familias y otros los contacté a través de sus redes sociales, para ir cuadrando un día y poder encontrarnos. Así concluimos que el día elegido por la mayoría sería el 10 de septiembre. Sin embargo, en los días previos fui encontrándome con aquellos que me contactaron y con los que pude quedar en algún momento, pero sin duda, el gran día del encuentro sería el 10.
Así a las 19:30 horas ansioso terminaba de preparar alguna merendola para ofrecer cuando culminara nuestro encuentro. Poco a poco comenzaron a llegar los chicos y chicas, y quienes fueron sus educadores también, 24 personas acudieron inicialmente a la cita y luego se sumaron 5, reuniéndonos 30 personas en total: 15 ex chavales y 12 ex educadores y educadoras.
Fue un momento super chulísimo, muchos no nos habíamos encontrado desde hacía 7 años, así que mirarnos y ver como algunos (sobre todos los chavales) habían cambiado, fue realmente una experiencia muy guay.
El primer momento del encuentro fue saludarnos y de mi parte agradecer la respuesta a la convocatoria de encontrarnos y luego cada uno comenzamos a actualizar nuestra historia, poniendo al día a los demás de nuestra vida. Así escuchamos que unos ya tienen hijos, se han casado, otros están a punto de casarse, o embarazados. En su gran mayoría trabajan, otros trabajan y siguen estudiando y algunos están a la espera de una oportunidad de trabajar.
El segundo momento fue hablar de voluntariado. Les expresé que en su momento, la Asociación había ofrecido un espacio de acompañamiento a ellos y sus familias cuando eran chavales, y ahora era momento de devolverle a Aventura, un poco de lo que ellos han recibido. Algunos comenzaron a objetar que no podían por la falta de tiempo, el trabajo, el estudio, la familia, sin embargo se recalcaba que cuando los monis venían una tarde para estar con ellos, vivían la misma situación que ellos ahora mismo y sin embargo, dedicaban una parte de su tiempo para estar y acompañarles. Y hablábamos también del voluntariado internacional que se puede hacer al participar en Aventura, abriendo la posibilidad de hacer alguna experiencia en un proyecto Guaneliano fuera de España.
Después de ese momento de encuentro, de ponernos al día, de hablar de voluntariado, nos hicimos alguna fotillo de recuerdo y decidimos continuar en contacto a través de un chat que hemos creado para estar al tanto de los demás y nos fuimos a seguir el encuentro por el barrio, pasamos un buen rato echándonos unas risas, recordando nuestro paso por Aventura, las salidas, los campas, las pilladas tanto de chavales como de monis en momentos incómodos, etc.
Yo personalmente agradezco a la vida por darme la oportunidad de formar parte de esta bella familia aventurera, porque eso siento que somos, a pesar de que ahora comparto mi trabajo en otros proyectos en Colombia, un trocito de mi corazón lo ocupa la gente de Aventura y creo que hemos creado un vínculo con quienes he compartido la vida en el proyecto.
Para mi, los 7 años que he pasado en Madrid, han sido 7 años de gran aprendizaje al lado de quienes fueron mis compañeros de curro (Maca, Alberto, Sandra, María) y de quienes formaban parte del equipo de personas voluntarias del grupo que acompañaba. Deseo que ojalá se haya sembrado la inquietud de que los que fueron chavales se impliquen un poquito en la vida de Aventura y así continuemos con esa bella labor en el barrio de Amposta y sus alrededores, de sembrar en los más peques y en sus familias, la posibilidad de un mundo mejor.
Desde Colombia, gracias Aventura, por ayudarme a descubrir y valorar la bella tarea de ser educador en un mundo que los humanos hacemos más complejo.
“Aventura como mola, se merece una ola uhhhhh, otra…”
Siempre en mi corazón.
Raúl Rodríguez SdC
Raúl es religioso de la Congregación Siervos de la Caridad, y formó parte del equipo técnico de la asociación coordinando un grupo del Centro de Día de el 9 de enero de 2009 al 7 de enero de 2016.