NUESTRO ÚLTIMO CAMPAMENTO
Iniciamos una nueva aventura, pero esta vez de manera diferente…

10 adolescentes y 4 personas voluntarias, comenzamos un camino inolvidable, donde descubrimos nuevos lugares, aprendimos a convivir, a escucharnos y a entender que juntos, somos más grandes.
Con las maletas cargadas de ilusión y no vamos a negarlo, algo de nervios, pusimos rumbo a nuestro primer destino, un pequeño pueblo de Cáceres, donde disfrutamos de cuatro días con el resto de los grupos de edades más pequeñas.
Para nosotros fue algo diferente, porque, algo que seguramente no sepáis, es que muchos nos hemos incorporado al grupo en los últimos dos años, por lo que un campamento con tanta gente, tantas actividades y tanto movimiento, era algo todavía por descubrir.
Conocimos la energía inagotable de los niños y niñas del grupo de peques, el charloteo y el movimiento de los niños y niñas de medianos 1, pudimos pasar más tiempo del que pasamos con el grupo de medianos 2 en Aventura y conocimos el trabajo que hacen los monitores y monitoras de los grupos para sacar el campamento de verano adelante (que no es nada fácil).
El tiempo fue pasando, y sin darnos cuenta, llegó el día de nuestra marcha al siguiente destino. Un día de muchas emociones y sentimientos enfrentados, donde las ganas de seguir conociendo a la gente, chocaban con las ganas de disfrutar de nuestro campamento preparado y organizado por todos nosotros durante largos meses.
Hicimos de nuevo las maletas y llegamos a Huelva, donde muchos de nosotros pudimos ver por primera vez la playa. No os podéis ni imaginar lo que fué para alguno de nosotros después de 16 años, ver la inmensidad del mar, las pequeñas olas que nos llevaban de un lado para otro, y ese sol que nos hacía echarnos crema cada medio minuto…
No os vamos a contar todo lo que hicimos, pero pudimos visitar el parque de Doñana y…. ¡¡ VIMOS LINCES!!!. Nos dijeron que era algo muy difícil de ver, pero debe ser que tuvimos un poco de suerte. Visitamos varios lugares importantes, pero también jugamos, corrimos por cada uno de los rincones del albergue y nos reímos a más no poder en cada comida. Pero no una risa normal, sino una de las que hacen que te duela la tripa.
Pasamos a Sevilla, donde hicimos nuestra especial feria de abril, con música, trajes y juegos… no nos faltó nada de decoración, y eso que lo hicimos todo casero… y, por último, nuestro querido Cádiz.
Visitar en cada destino cada una de las iglesias, monumentos como la giralda, y esas pequeñas calles con flores en los balcones, nos hizo trasladarnos a un mundo completamente diferente, el cual no conocíamos.
Algo que le dio continuidad al campamento y que nos ayudó a conocernos y entendernos un poco más, fue lo que llamamos el buenos días. Actividad que realizamos al principio de la mañana y que nos ofrece un tiempo para desconectar con el momento en el que nos encontramos y conectar con nosotras mismas. Aprendimos a relajarnos, a escuchar nuestra respiración y a conectar con cada parte de nuestro cuerpo. Entendimos la importancia de generar espacios donde todas, y cada una de las personas, nos encontráramos en un clima de confianza y unión, evitando hacer sentir a la otra persona desconfianza o incomodidad.
Para terminar el campamento, escribimos todos nuestros miedos en un folio y lo quemamos bajo la luz de la luna, simbolizando ese cambio y esa lucha continua por buscar nuestra mejor versión de nosotros mismos.
Hemos aprendido a:
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- Cambiar nuestro rol y asumir mayor responsabilidad.
- Entender que somos un grupo y que el bienestar de todos es importante.
- Hablarnos y comunicarnos desde el buen trato.
- Aprender a gestionar los conflictos desde la asertividad.
- Convivir con personas que no tienen los mismos gustos.
- Consolidar todo lo aprendido durante el curso en cada tarde.
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“ Este ha sido mi primer campamento y la verdad, quiero repetir hoy y siempre. A pesar de que me caí alguna que otra vez, disfruté de cada día. Pudimos ver un montón de sitios, conocer un poco más de España y estar con mis amigos. Me gustó ver a los grupos de pequeños corretear porque daban alegría, aunque también me gustó estar con mayores por el sur de España. Quiero repetir una y mil veces más, porque ha sido especial para mí. Gracias a mis monitores porque me han tenido que ver muchas veces muy cansada por las mañanas, pero luego ya todo iba a mejor ¡¡AVENTURA MOLA MUCHO!!”
participante de 16 años
Estamos seguras de que este campamento, no sería el que ha sido sin todas las personas que lo hemos hecho posible… Gracias por dejar esta pequeña huella en Aventura.
BELÉN, SHEYLA, VANESA, ROSBELYS, AMADOU, DIANA, ILENIA, ALBA, CECIA, TRACY
Y sobre todo a las personas voluntarias que han hecho realidad este sueño, por su implicación, sus ganas, su ilusión y motivación. Han sido y son, las piezas clave para el desarrollo del proyecto. Una y mil veces ¡GRACIAS!
MARÍA, ANDREA, BEA Y ZAIDA
Zaida Peinado